"El nombre de la ciudad será:
EL SEÑOR ESTÁ ALLÍ".
[Ez. 48:35 NTV]
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El regreso de Jesús y las dinámicas de los últimos tiempos no son un evento estático, sino una construcción
para la cual hemos sido llamados a ser colaboradores.
Entender nuestro rol será clave; para ello, Dios nos muestra su diseño final: una ciudad donde su Presencia habita y desde allí gobierna toda la tierra. Es tiempo de tomar de los bienes venideros y comenzar a edificar en la tierra, haciendo de cada comunidad, familia e iglesia una morada para Él.
Tenemos un llamado: ser anfitriones de Su Presencia. Construir una cultura donde las personas sean transformadas, los perdidos sean salvados, y los discípulos sean guiados hacia una mayor intimidad con Cristo. Para esto, debemos responder a un desafío de transición en el cual el hombre ya no sea el centro, sino la preeminencia de Cristo y Su presencia manifiesta.
MI CIUDAD, SU MORADA es un llamado a construir casas en las que Él anhele habitar, comunidades en las cuales reposar, mesas en las cuales sentarse. Si logramos construirlas, no solo Él vendrá, sino que cielo y tierra reconocerán: EL SEÑOR ESTÁ ALLÍ.